La presentación clínica de la macroglobulinemia de Waldenström es muy variada. Hasta un 30% de las personas diagnosticadas no presenta ningún síntoma al inicio de la enfermedad (macroglobulinemia de Waldenström indolente).
Los síntomas que pueden experimentar el resto de los pacientes varían, y son parecidos a los que se observan en otros linfomas no Hodgkin. Se asocian principalmente con los efectos de:
En la etapa inicial de la enfermedad, es común la fatiga y la debilidad a causa de la anemia, condición que consiste en una disminución del número de glóbulos rojos en la sangre.
También denominados síntomas inespecíficos. Puede haber fiebre recurrente, sudoración nocturna o pérdida de peso, entre otros.