Los síntomas del linfoma de células del manto son muy diversos, pero cabe destacar los siguientes:
A medida que la enfermedad avanza, pueden darse ciertas complicaciones.
El linfoma de células del manto afecta por lo general al sistema linfático, formado por los ganglios linfáticos, el bazo, la médula ósea y las amígdalas, pero también puede afectar a órganos del aparato digestivo, como el hígado, el esófago, el estómago y los intestinos. [2][3]
Si el linfoma de células del manto continúa avanzando, puede afectar también al sistema nervioso central y al aparato respiratorio. [1][2]
Referencias