Tratamiento

Tratamiento

El tratamiento del linfoma de células del manto depende de varios factores, como los síntomas, la extensión del linfoma o el riesgo de la enfermedad según el MIPI (Índice Pronóstico Internacional para el Linfoma de Células del Manto). [1]

Este indicador tiene en cuenta la edad, el estado general del paciente y los niveles de linfocitos y de deshidrogenasa láctica, una proteína que ayuda a producir energía para que las células de nuestro organismo puedan funcionar correctamente.[1]

Empezando a entender y tratar el linfoma de células del manto

Vigilancia activa (watch and wait)

La vigilancia activa consiste en observar de cerca la evolución del paciente sin indicar ningún tratamiento, a no ser que la enfermedad empeore. [2] Está indicada para algunos pacientes con linfoma de células del manto que, al margen del diagnóstico, se encuentran en buen estado de salud y no presentan síntomas del cáncer. [1]

Tipos de tratamiento

En caso de que sea necesario seguir un tratamiento, existen diferentes opciones disponibles para abordar el linfoma de células del manto:

Quimioterapia de altas dosis y trasplante de células madre del paciente. [3]

Quimioterapia combinada con anticuerpos monoclonales (inmunoterapia). [3]

Inmunoterapia. [1]

Terapia dirigida: actúa de forma específica contra las células cancerosas, evitando su crecimiento. [4]

Corticoides: se pueden utilizar en combinación con quimioterapia para ayudar a que esta sea más eficaz. [5]

Radioterapia: se puede utilizar en estadios 1 y 2 o para aliviar síntomas como el dolor. [5]

Posibles efectos secundarios

Los efectos secundarios del tratamiento dependerán del tipo y la dosis de medicación administrada, de la edad del paciente y de sus enfermedades previas. [1]

Algunos de los posibles efectos secundarios de la quimioterapia son fatiga y pérdida del apetito, náuseas y vómitos, fiebre, escalofríos, diarrea, úlceras bucales, neuropatía periférica (hormigueo, ardor, adormecimiento o dolor en las manos o en los pies), anomalías en la cantidad de células sanguíneas, falta de aliento y caída temporal del cabello, entre otros. [1]

Los anticuerpos monoclonales pueden causar fiebre, debilidad, escalofríos, diarrea, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, baja presión arterial y erupciones en la piel. [6]

En cuanto a los tratamientos dirigidos, sus posibles efectos secundarios son específicos de cada medicamento. Los profesionales sanitarios pueden ayudar a entenderlos y reconocerlos.

Referencias

Sociedad de Lucha contra la Leucemia y el Linfoma, “Macroglobulinemia de Waldenström”, LLS. (Último acceso: febrero de 2022).
Maddalena Mazzuchelli et al., “Waldenstrom’s Macroglobulinemia: An Update”, Mediterranean Journal Hematology and Infectious Diseases 10, n. º 1 (2018): e2018004. (Último acceso: febrero de 2022).
Véronique Leblond, et al., “Treatment recommendations from the Eight International Workshop on Waldestrom’s Macroglobulinemia”. Blood
128 (2016): 1321-1328. (Último acceso: febrero de 2022).
Soledad de Linares Fernández, et al., Guía Informativa Para Pacientes Hematológicos (2007). (Último acceso: febrero de 2022).
Sociedad Estadounidense Contra el Cáncer, “Tratamiento farmacológico dirigido para la macroglobulinemia de Waldenström”, American Cancer Society. (Último acceso: febrero de 2022).
Sociedad Estadounidense Contra el Cáncer, “Biological Therapy or Immunotherapy for Waldenstrom Macroglobulinemia”, American Cancer Society. (Último acceso: febrero de 2022).
Enric Carreras, “Guía del trasplante de médula ósea para el paciente”, Fundación Josep Carreras (2016). (Último acceso: febrero de 2022).
Sociedad Estadounidense Contra el Cáncer, “Stem Cell Transplant for Waldenstrom Macroglobulinemia”, American Cancer Society. (Último acceso: febrero de 2022).