Las causas de la esquizofrenia no se conocen por completo, a pesar de las múltiples investigaciones realizadas. Se trata de un trastorno mental muy complejo cuyo origen podría estar asociado a varios factores, por lo que se trata de una enfermedad multifactorial.
Teniendo esto en cuenta, se considera que la predisposición genética, las alteraciones en la química o estructura del cerebro y los factores ambientales y psicosociales son posibles causas que pueden ocasionar la esquizofrenia.
Existe evidencia de que si los padres tienen esquizofrenia, la probabilidad de que sus hijos la padezcan aumenta. Cuanto mayor es el grado de asociación familiar con una persona con esquizofrenia, mayor es la posibilidad de desarrollar la enfermedad. Los familiares en primer grado tienen un riesgo del 5% al 16%, en segundo grado, del 2% al 5%, y en tercer grado, del 2%.
El factor genético se manifiesta también entre hermanos, de tal forma que la probabilidad de tener esquizofrenia aumenta entre el 27-69% si se trata de gemelos monocigóticos (que comparten el 100% de su ADN).
Sin embargo, no ha sido posible hallar un único gen causante, sino que el desarrollo de la enfermedad se asocia con múltiples anormalidades cromosómicas.
Se han descrito también algunos factores ambientales que pueden aumentar el riesgo de desarrollar esquizofrenia, tales como:
El desarrollo de la esquizofrenia parece estar relacionado con ciertas alteraciones químicas que se producen en el cerebro.
Las dos alteraciones químicas más importantes afectan a los niveles de glutamato y dopamina, dos sustancias estimulantes que permiten la comunicación entre las células cerebrales (neurotransmisores).
Además, se han desarrollado teorías que plantean que ciertas anormalidades en el desarrollo de algunas zonas del cerebro pueden tener que ver con el desarrollo de la esquizofrenia.