Los síntomas de la esquizofrenia varían en función de la fase de la enfermedad en la que se encuentre el paciente.
En la mayoría de los casos, es durante la fase prodrómica cuando el paciente presenta algunos signos de la esquizofrenia que pueden anunciar el comienzo de esta. [1]
Más adelante, el paciente pasa a la fase psicótica, en la que aparecen la mayoría de los síntomas más graves. [1]
Los síntomas de la esquizofrenia se dividen en síntomas positivos, síntomas negativos y síntomas desorganizados o cognitivos. [2]
Se denominan positivos no porque sean buenos, sino porque se añaden comportamientos que el paciente antes no tenía. [2] Se trata de:
Alteraciones del pensamiento. La persona tiene ideas que están alejadas de la realidad y las sostiene firmemente. Por ejemplo, un paciente puede creer con convicción absoluta que alguien o algo le sigue o le vigila. Se caracterizan por la aparición de delirios de persecución, de perjuicio, de grandeza, de celos… [2]
Alteraciones de la percepción. Las alucinaciones pueden hacer que los pacientes vean, escuchen, huelan, e incluso saboreen o sientan cosas que son inexistentes. Estas percepciones son concebidas por la persona como algo totalmente real. [2]
Son cualidades que el paciente con esquizofrenia pierde a raíz de su enfermedad, y que indican un empobrecimiento de su estado anímico o de sus relaciones sociales: [2]
Preferencia por estar solos antes que relacionarse con su entorno cercano y familiar. [3]
Incapacidad por sentir pena o alegría ante determinados acontecimientos de la vida cotidiana. [3]
Ausencia o disminución del lenguaje espontáneo, pobreza de contenido, bloqueos, tardanza al responder… [3]
Entre los que se incluye: [4]
Referencias