La leucemia linfocítica crónica hoy < Vigilancia activa: ¿qué hacer cuando no estás recibiendo tratamiento?
La leucemia linfocítica crónica supone entre el 25-30% de los casos de leucemia en personas adultas.
Sin embargo, debido a que es una enfermedad de carácter crónico, suele tener una progresión lenta, y la mayoría de los pacientes diagnosticados pueden mantenerse asintomáticos llevando una vida normal durante mucho tiempo.
La leucemia linfocítica crónica suele detectarse en una analítica rutinaria donde se evidencia un recuento anormalmente alto de linfocitos.
Tras confirmar el diagnóstico con una segunda analítica y comprobar mediante pruebas adicionales la ausencia de síntomas, el paciente pasa a un estado de vigilancia que se conoce en inglés como watch and wait.
Durante esta fase, que puede extenderse durante meses o años en función de la evolución particular de cada caso, el especialista no prescribe ningún tratamiento. Únicamente se establecen chequeos y pruebas periódicas para monitorizar el progreso de la enfermedad y el posible desarrollo de los síntomas.
El periodo de vigilancia activa de la leucemia linfocítica crónica es la oportunidad perfecta para que el paciente mejore su estado general de salud , con el objetivo de retrasar al máximo la aparición de los síntomas y reforzar su sistema inmunitario.
En esta fase se orienta al paciente y a sus familiares para adoptar hábitos más saludables, otorgándoles, así, un papel activo en la enfermedad.
Les permite mejorar su salud y reducir la preocupación que les puede generar la decisión médica de no iniciar el tratamiento.
Estas son algunas recomendaciones que pueden implementar las personas con leucemia linfocítica crónica en su vida: