La leucemia linfocítica crónica hoy < Vigilancia activa: ¿qué hacer cuando no estás recibiendo tratamiento?
La leucemia linfocítica crónica supone entre el 25-30% de los casos de leucemia en personas adultas. [1]
Sin embargo, debido a que es una enfermedad de carácter crónico, suele tener una progresión lenta, y la mayoría de los pacientes diagnosticados pueden mantenerse asintomáticos llevando una vida normal durante mucho tiempo. [2]
La leucemia linfocítica crónica suele detectarse en una analítica rutinaria donde se evidencia un recuento anormalmente alto de linfocitos. [2]
Tras confirmar el diagnóstico con una segunda analítica y comprobar mediante pruebas adicionales la ausencia de síntomas, [2] el paciente pasa a un estado de vigilancia [3] que se conoce en inglés como watch and wait.
Durante esta fase, que puede extenderse durante meses o años en función de la evolución particular de cada caso, el especialista no prescribe ningún tratamiento. Únicamente se establecen chequeos y pruebas periódicas para monitorizar el progreso de la enfermedad y el posible desarrollo de los síntomas. [3]
El periodo de vigilancia activa de la leucemia linfocítica crónica es la oportunidad perfecta para que el paciente mejore su estado general de salud [4], con el objetivo de retrasar al máximo la aparición de los síntomas y reforzar su sistema inmunitario.
En esta fase se orienta al paciente y a sus familiares para adoptar hábitos más saludables, otorgándoles, así, un papel activo en la enfermedad.
Les permite mejorar su salud y reducir la preocupación que les puede generar la decisión médica de no iniciar el tratamiento. [4]
Estas son algunas recomendaciones que pueden implementar las personas con leucemia linfocítica crónica en su vida:
Referencias