Diagnóstico

Diagnóstico

¿Cómo se lleva a cabo el diagnóstico de cáncer de próstata?

El diagnóstico del cáncer de próstata ha aumentado en las últimas décadas como resultado de:[1]

  • El incremento y envejecimiento de la población.
  • La exposición a factores de riesgo y hábitos nocivos.
  • La medición del PSA (que posibilita la detección precoz).

Las pruebas de diagnóstico tienen por objetivo detectar el cáncer de próstata en etapas precoces de la enfermedad, que es cuando se puede ofrecer una terapia curativa.

Las mediciones de PSA para poder diagnosticar el cáncer de próstata de forma temprana, son fundamentales para los hombres: [2]

  • A partir de los 50 años.
  • Mayores de 45 años con antecedentes familiares de cáncer de próstata o afroamericanos.
  • Mayores de 40 años si se trata de hombres portadores de BRCA.

Para realizar el diagnóstico de cáncer de próstata, lo más habitual es que primero se hagan un tacto rectal y una prueba de PSA en sangre.

Si en el análisis de PSA se obtiene un resultado elevado, deberá repetirse para confirmar la sospecha.

En caso de que las mediciones de PSA del segundo test vuelvan a ser elevadas, normalmente deberá realizarse una biopsia.

Para ello, el especialista podrá recurrir también a una resonancia magnética multiparamétrica, una prueba de imagen que sirve de mapa y guía para dirigir la biopsia.

Si la biopsia es positiva, el siguiente paso será evaluar si se trata de un cáncer de próstata localizado o metastásico. Esta determinación es fundamental para conocer el estadio en el que se encuentra el tumor y su riesgo.

Pruebas de diagnóstico del cáncer de próstata

Para intentar detectar precozmente la enfermedad, pueden ser necesarias diferentes pruebas. Entre ellas, el tacto rectal y el análisis de PSA en sangre.[3]

Tacto rectal

Esta prueba, también llamada examen digital del recto, la realiza el urólogo introduciendo un dedo lubricado en el recto del paciente, con el fin de palpar cualquier anomalía en la próstata que pudiera ser indicativa de un tumor.[3]


La próstata se sitúa inmediatamente delante del recto, por lo que puede palparse por medio de un tacto rectal. De hecho, en la zona periférica, que es la más accesible a través de esta prueba, es donde más frecuentemente se localiza el cáncer de próstata.[3]


Sin embargo, esta prueba no basta para confirmar o descartar un cáncer de próstata, ya que existen tumores que no son palpables debido a su pequeño tamaño o a su localización en zonas no accesibles mediante tacto rectal.[3] Por eso, es necesario realizar otras pruebas complementarias, como el análisis de PSA en sangre y/o la biopsia.[3]

Análisis de PSA en sangre

Esta prueba se realiza tanto ante la sospecha del cáncer de próstata como en pacientes ya diagnosticados para evaluar su evolución y la respuesta a los distintos tratamientos.


Además, algunas guías internacionales la recomiendan de forma periódica a los hombres a partir de los 50 años, de los 45 (si tienen antecedentes familiares y/o son afroamericanos) para favorecer la detección precoz del cáncer de próstata, o de los 40 años si son portadores de la mutación BRCA2.[2]


El análisis consiste en medir los niveles de antígeno prostático específico o PSA en la sangre mediante un análisis de sangre rutinario. El resultado se expresa en nanogramos por mililitro (ng/ml).


Aunque no hay un valor límite establecido que pueda indicar con certeza si un hombre tiene cáncer de próstata, la mayoría de los hombres SIN la enfermedad tienen niveles de PSA por debajo de los 4 ng/ml.4


Sin embargo, se suele considerar que un nivel de PSA en sangre de entre 4-10 ng/mL indica una probabilidad de 1 entre 4 de padecer cáncer de próstata.4


Si el nivel de PSA en sangre se encuentra por encima de 10 ng/mL, la probabilidad de tener este tipo de tumor supera el 50%.4


Ahora bien, un PSA elevado no siempre significa tener cáncer de próstata, sino que este resultado puede deberse a otras razones, como hiperplasia benigna de próstata o prostatitis.4


Por eso, ante un resultado elevado de los niveles de PSA en sangre, es necesario realizar varias mediciones, así como pruebas complementarias que permitan confirmar el diagnóstico o identificar otras causas de ese aumento.4

Biomarcadores moleculares en orina

Con el objetivo de aumentar la probabilidad de detectar el cáncer de próstata y de reducir el número de biopsias necesarias para ello, se están estudiando numerosos marcadores moleculares. Entre ellos, destacan los microARN, que se han convertido en una herramienta potencialmente útil en los últimos años tanto para realizar el diagnóstico como para evaluar el pronóstico de los tumores de próstata.56

¿Cómo confirmar el cáncer de próstata?

Para confirmar el diagnóstico del cáncer de próstata, es necesario realizar otras pruebas adicionales. Los siguientes procedimientos sirven para confirmar un cáncer de próstata:7

Biopsia de la próstata

La biopsia de la próstata consiste en la extracción de un pequeño fragmento de la glándula prostática para su posterior examen al microscopio.


Es la única prueba que puede confirmar un diagnóstico de cáncer de próstata y debe realizarse siempre después de que el tacto rectal o el análisis de PSA en sangre hayan anunciado la posible presencia del tumor.7


Sin embargo, en ocasiones, la biopsia puede salir negativa sin que eso signifique que el paciente no tiene cáncer de próstata. En estos casos, podrá ser necesario repetir la biopsia tomando muestras de otras zonas de la próstata, ya que el resultado inicial negativo podría deberse a que se han tomado partes del tejido aún no afectadas por el tumor.


En caso de detectarse un tumor mediante la biopsia, el profesional determinará el estadio del cáncer de próstata.

Ecografía transrectal de próstata

La ecografía transrectal de próstata (ETR o TRUS, por sus siglas en inglés) es un procedimiento indoloro que consiste en introducir una pequeña sonda en el recto del paciente.8 Permite obtener imágenes de la próstata a través de ondas de ultrasonido.7


Este procedimiento suele realizarse en el momento de la biopsia de la próstata7, ya que permite guiar las agujas hacia la zona en la que se sospecha la existencia del tumor, lo que puede ser útil para confirmar el diagnóstico.8

Detección de metástasis

Para determinar si hay metástasis, es decir, si el cáncer se ha expandido fuera de la próstata, es necesario llevar a cabo estudios de extensión, como la gammagrafía ósea, la tomografía axial computarizada (TAC), la tomografía por emisión de positrones, que puede combinarse con el TAC (PET-TAC), la resonancia nuclear magnética (RNM) o la tomografía por emisión de positrones del antígeno de membrana específico (PET-PSMA).7

Gammagrafía ósea

Ayuda a determinar si el cáncer se ha extendido a los huesos. Consiste en inyectar en una vena del brazo una cantidad pequeña de una sustancia radiactiva. A continuación, una cámara sensible a esta sustancia se desplaza por el cuerpo del paciente. Ante la cámara, las zonas sanas aparecerán de color gris, mientras que los huesos dañados por el cáncer se mostrarán de color oscuro.7

Tomografía Axial Computarizada o TAC

Se utiliza para evaluar si el cáncer se ha extendido a los ganglios linfáticos o a otros órganos. Es una prueba que emplea rayos X para generar imágenes detalladas del interior del cuerpo. Las fotografías se realizan desde diferentes ángulos y permiten diferenciar bien unos tejidos y órganos de otros.9

Resonancia Nuclear Magnética o RNM

Sirve para determinar la extensión del tumor dentro de la pelvis, y para ver si el cáncer se ha extendido hacia la médula espinal en caso de metástasis en la columna vertebral. Para ello, se emplean un imán, una computadora y ondas de radio para crear imágenes detalladas de zonas internas del organismo.9

En los últimos años, ha empezado a extenderse el uso de la imagen de resonancia nuclear magnética multiparamétrica (mpMRI), que permite obtener diferentes parámetros (morfológicos, funcionales y moleculares) que ayudan a determinar la zona de la próstata donde está el tumor y sirve de mapa y guía para dirigir la biopsia, cuando es necesario realizarla.10

Tomografía por Emisión de Positrones o PET

Crea imágenes del interior del cuerpo. Se realiza inyectando en el paciente una cantidad pequeña de una sustancia radiactiva. Las células que utilizan una cantidad mayor de energía, como es el caso de las cancerosas, absorben más cantidad de esta sustancia, lo que permite detectarlas.7


En ocasiones, se utiliza combinada con el antígeno de membrana específico (PET-PSMA), con el fin de detectar recaídas después de tratamientos o de conocer la extensión de la enfermedad cuando se diagnostica.11

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Referencias

N. Mottet, et al., “Prostate Cancer: Guidelines”, European Association of Urology. (Último acceso: octubre de 2023).
Asociación Española Contra el Cáncer, “Cáncer de próstata: Una guía práctica”, AECC. (Último acceso: octubre de 2023).
Sociedad Española de Oncología Médica, “Las cifras del cáncer en España 2024”, SEOM. (Último acceso: marzo de 2024).
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