Tratamiento no farmacológico: mejora tu calidad de vida

Tratamiento no farmacológico: mejora tu calidad de vida

Artritis psoriásica hoy < Tratamiento no farmacológico: mejora tu calidad de vida

Es importante que el paciente con artritis psoriásica mantenga un estilo de vida saludable para mejorar su condición y prevenir otras enfermedades.
Psoriasis tratamiento no farmacológico

Una de las causas de la artritis psoriásica se debe a un anormal funcionamiento del sistema inmunológico.[1] Esto quiere decir que no es una enfermedad únicamente localizada en la piel o en las articulaciones, sino que es el sistema inmunitario el que propicia la inflamación de ambas.

Para paliar los síntomas y controlar la enfermedad, es crucial que el afectado sea constante con el tratamiento farmacológico recetado por su médico.

Ahora bien, también debe poner de su parte para mantener un estilo de vida sano que no solo evite que los síntomas empeoren, sino que le ayude a prevenir comorbilidades de la enfermedad.[2]

Conocer la enfermedad

Es importante que la persona con artritis psoriásica se convierta en un “paciente experto” de la enfermedad para que ella misma pueda reconocer sus rebrotes psoriásicos, qué los causa, qué empeora los síntomas, qué ayuda con ellos... porque, debido al desconocimiento, muchos pacientes pueden cometer errores como automedicarse o no cumplir con su tratamiento adecuadamente.

Para prevenir posibles rebrotes de la enfermedad que sigan afectando a las articulaciones, el tratamiento debe ser continuado, si bien el reumatólogo podrá modificarlo en función de cómo evolucione el grado de inflamación.[1]

El paciente ha de ser el primero que conozca a fondo su enfermedad para poder mantener un estilo de vida saludable junto al tratamiento farmacológico que se le recete.

La artritis psoriásica es una enfermedad sistémica que puede tener importantes repercusiones (cardiacas, metabólicas, endocrinas, psicológicas…), por lo que prevenirlas en la medida de lo posible es fundamental. Por ello, podemos considerar el tratamiento no farmacológico casi tan importante como el farmacológico.[1]

Cuidado de la piel

Tanto la correcta higiene de la piel como el seguimiento del tratamiento farmacológico harán que los síntomas cutáneos disminuyan considerablemente e incluso desaparezcan en muchos casos. Estos son algunos consejos[1] que pueden ayudar a mejorar la salud cutánea de la persona con artritis psoriásica:

  • Usar jabones que no sean demasiado abrasivos.
  • Bañarse mejor que ducharse: el baño favorece la hidratación de la piel. Para mayor hidratación, es buena idea mezclar aceite de bebé en el agua.
  • Utilizar un humidificador en ciudades con climas muy secos para evitar que la piel se deshidrate.
  • Tomar el sol con protección durante periodos cortos de tiempo.

El ejercicio físico como aliado

La actividad física es una parte fundamental del tratamiento para la artritis psoriásica. Es crucial que el paciente se mantenga activo, pues mejorará la movilidad de sus articulaciones. Los especialistas recomiendan ejercicio aeróbico: correr, caminar, ir en bicicleta o deportes acuáticos como la natación, práctica que ejerce menos tensión en las articulaciones.[1]

Sin embargo, el paciente ha de tener en cuenta cuáles son los mejores momentos para hacer ejercicio.

Si está atravesando una fase inflamatoria no quiere decir que no vaya a poder ejercitarse, pero tendrá que mantener bajo control la articulación afectada para no forzar los movimientos.

Además, es importante que no abandone su tratamiento farmacológico. Una vez superada esta fase, cuando la inflamación y el dolor hayan desaparecido (es decir, se encuentren en remisión), será más fácil volver a practicar el deporte aeróbico que más le guste.[3]

El ejercicio físico puede ser un gran aliado para las personas con artritis psoriásica. Además de contribuir a una mejora en la movilidad y flexibilidad de las articulaciones, podemos contar muchos más beneficios[3]:

  • Es analgésico: ayuda a controlar el dolor.
  • Es bueno para controlar el peso: el sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo que empeoran la enfermedad.
  • Contribuye a reforzar los huesos y su densidad.
  • Mejora la función cardiovascular, lo cual es beneficioso, ya que las personas con artritis psoriásica son más propensas a sufrir problemas de corazón.
  • Produce endorfinas que ayudan a controlar el estrés, algo sumamente importante para evitar brotes causados por el estrés emocional.

Descansar lo suficiente

Conviene que la persona con artritis psoriásica se mantenga activa, pero también que descanse adecuadamente.

Dormir ocho horas al día no solo contribuirá a disminuir su sensación de cansancio o fatiga, sino que le ayudará a controlar el estrés.

Además, cuando las articulaciones se encuentran muy inflamadas, el reposo es aún más importante.

En pro de su salud, conviene que el afectado aprenda a organizar mejor su día a día para poder disfrutar de un descanso satisfactorio que contribuya con la mejora de sus síntomas.[1]

Una buena alimentación

Aunque las recomendaciones dietéticas para las personas con artritis psoriásica son las mismas que para el resto de la población, es importante que tengan en cuenta que una correcta rutina alimentaria reducirá mucho el riesgo de tener otras enfermedades o de que surjan complicaciones.

Conviene que se mantenga una dieta equilibrada, evitando alimentos con mucho colesterol como la mantequilla, los quesos muy grasos, la bollería, etc., así como el consumo excesivo de alcohol.[1]

Estas son algunas recomendaciones alimentarias[2] idóneas para el paciente con artritis psoriásica:

  • Incluir frutas y verduras en la dieta. Los antioxidantes y vitaminas que contienen ayudan a mejorar la piel con psoriasis.
  • Omega 3: este ácido graso esencial es el antiinflamatorio por excelencia. Podemos encontrarlo en el pescado azul, los frutos secos, las semillas...
  • Vitamina D: su poder antiinflamatorio es altamente beneficioso para la artritis psoriásica. Aunque la mejor manera de activar esta vitamina es a través del sol, también podemos encontrarla en alimentos como los huevos, el pescado azul o las semillas de girasol.

Referencias

Aránzazu González y Carmen Garcías, “Cáncer de próstata”, Sociedad Española de Oncología Médica, 16 febrero 2021. (Último acceso: octubre de 2021).
Mayo Clinic, “Prevención del cáncer de próstata: Formas de reducir el riesgo”, 24 de septiembre de 2020. (Último acceso: marzo de 2021).
N. Mottet, et al., “Prostate Cancer: Guidelines”, European Association of Urology. (Último acceso: noviembre de 2021).
Asociación Española Contra el Cáncer, “Cáncer de próstata”, AECC. (Último acceso: marzo de 2021).
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