Las causas de la depresión son variables y dependen de la confluencia de diversos factores:
Aunque no es determinante, la predisposición genética influye en gran medida en la vulnerabilidad que la persona tiene a desarrollar la depresión. Los factores genéticos cobran especial importancia cuando algún familiar de primer grado (padres, hijos o hermanos) ha sufrido depresión.
Se trata de afecciones, lesiones o alteraciones claramente identificables. Por ejemplo, algunas enfermedades como la esclerosis, el hipotiroidismo, la enfermedad de Huntington, el alzhéimer y algunos tipos de cáncer. También pueden contribuir al desarrollo de una depresión la diabetes, la EPOC o la hipertensión arterial.