La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica, no contagiosa , causada por una alteración del sistema inmunitario.
Se puede manifestar en cualquier parte del cuerpo en forma de placas enrojecidas, descamativas y sobreelevadas, de tamaño variable, que pueden provocar picor, quemazón, dolor e incluso pueden sangrar.
La inflamación de la psoriasis comienza en el sistema inmunitario, principalmente en unas células que todos tenemos en la sangre, llamadas linfocitos T, que ayudan a proteger el cuerpo de infecciones y otras enfermedades.
En el caso de la psoriasis, estas células se activan indebidamente, desencadenando la proliferación y dilatación de los vasos sanguíneos de la piel, lo cual provoca el color rojo de las lesiones.
Además, esta activación indebida también hace que los queratonicitos, las células de la capa más superficial de la piel, llamada epidermis, se reproduzcan rápidamente y se acumulen formando este tipo de placas escamosas en la piel.
Sin embargo, la psoriasis no es una afección únicamente cutánea, sino que puede afectar a varios órganos o tejidos al mismo tiempo, e incluso al cuerpo entero (enfermedad sistémica).
Se estima que entre el 1% y el 3% de la población mundial padece psoriasis, aunque las cifras suelen variar entre diferentes etnias. En España, la prevalencia es aproximadamente de un 2,3% Existen en torno a 1.080.000 casos diagnosticados en el país.
La psoriasis afecta por igual a mujeres y hombres y puede aparecer a cualquier edad, incluso en la infancia.
Sin embargo, suele manifestarse por primera vez entre los 20-35 años y entre los 50-60. 7
Podemos distinguir diferentes tipos de psoriasis según cómo se manifieste la enfermedad:
También conocida como psoriasis vulgar, es la forma clínica más común de psoriasis (de hecho, afecta a entre el 58% y el 97% de los pacientes). Se caracteriza por formar placas rojizas de diverso tamaño cubiertas de escamas blanquecinas, y es la forma que más frecuentemente aparece en rodillas, codos, parte baja de la espalda, uñas y cuero cabelludo.
Es una forma poco frecuente, aunque grave, de la psoriasis. En esta manifestación clínica se forman granos de pus sobre las placas psoriásicas. Puede aparecer en áreas pequeñas como las palmas de las manos, las plantas de los pies, la punta de los dedos, las uñas, o en el resto de superficie cutánea del cuerpo, normalmente como resultado de un único brote desencadenado por algún factor de riesgo.
Suele manifestarse en niños y adolescentes. En este caso, se trata de pequeñas lesiones rojizas de menos de 1 cm de diámetro que se distribuyen en forma de salpicadura, afectando habitualmente a las extremidades o al tronco.
Las lesiones psoriásicas, en este caso, son de color rojo intenso brillante y no presentan descamación, debido a que los sitios donde se presenta tienden a ser húmedos. Es la manifestación de psoriasis que afecta con mayor frecuencia las áreas de los pliegues del cuerpo y zona genital.
Esta forma clínica es poco común, pero de gravedad. Las lesiones, en este caso, son muy extensas y ocupan casi toda la superficie del cuerpo. Estos pacientes deben ser hospitalizados ya que los riesgos por pérdida de líquidos y proteínas, hipotermia, infección e insuficiencia cardiaca son elevados.